¡Hola, terrícolas compasivos! Soy Carlota de Rebelión Veg, y hoy os traigo un tema que, literalmente, nos ayuda a mantenernos fuertes en nuestra rebelión verde. Nos sumergiremos en las profundidades del mar de la nutrición del tofu, y os garantizo que es más fascinante que las últimas rebajas en tu tienda de zapatos veganos favorita.
Antes de zambullirnos, déjame contarte por qué este modesto bloquede soja merece nuestra atención. Como vegana convencida, sé que encontrar fuentes de proteínas que se alineen con nuestros principios puede ser un desafío más grande que explicarle a tu abuelo por qué has renunciado al jamón serrano. El tofu, queridos lectores, es esa pieza del puzle que encaja perfectamente en el dilema proteico vegetal. ¿Listos para el tour nutricional? ¡Vamos allá!
¿Qué demonios es el tofu?
Probablemente ya habrás visto este bloquede proteínas plant-based en tus recetas veganas, pero ¿qué es exactamente? Aclaremos las aguas tofu-turbias. Esta maravilla se obtiene cuajando la leche de soja y prensando los cuajos resultantes. Pero tranqui, no tenemos que ponernos un delantal y convertirnos en químicos locos para disfrutar de sus beneficios; el tofu que adquirimos en la tienda viene listo para que lo lancemos al sartén sin complicaciones.
Desglosando la nutrición del tofu
¡Aquí es donde se pone jugoso (o debería decir ‘sojoso’) el asunto! El tofu es famoso por su alto contenido de proteínas, lo que lo convierte en un sustituto genial de la carne. Pero eso no es todo, este campeón de la versatilidad no solo te ayuda a mantener tus músculos sin pisar un gimnasio, también es rico en calcio y magnesio ¡Sorpresa! Incluso es un aliado para tus huesos.
Si nos ponemos más técnicos, una ración de 100 gramos de tofu firme contiene aproximadamente 144 calorías, 17.3 gramos de proteína, y 8.72 gramos de grasas (buenas, obvio). Además, tiene hierro, ¡sí, señores! Esos hierros que tanto nos preguntan dónde los conseguimos los veganos; pues aquí, entre otras muchas fuentes.
Variaciones en el mundo del tofu
Si pensabas que el tofu era un aburrido bloque blanco sin gracia, permíteme iluminarte. Tenemos tofu sedoso, perfecto para batidos y postres; tofu firme, ideal para salteados y todo lo que requiera mantener su forma; y tofu extra firme, para cuando necesitas algo con más carácter en tus platos. Y no olvidemos el tofu ahumado o marinado que ya viene con un extra de sabor. ¿Quién necesita pollo cuando tienes un arcoíris de tofu?
Tofu y sostenibilidad
Además de no hacer daño a nuestros amigos los animales, el tofu es una opción sostenible. La huella de carbono de la producción de tofu es como comparar un paseo en bicicleta con un viaje en un avión privado alrededor del mundo; es decir, es mucho menor en comparación con la carne. Además, la soja utilizada para hacer tofu generalmente requiere menos agua y tierra que la cría de ganado. Así que cada vez que comemos tofu, estamos dando un puñito al cambio climático. ¡Toma ya!
¿Cómo integrar el tofu en tu rutina?
¿Una cena rápida después de un día larguísimo? El tofu al rescate. Córtalo en cubos, marínalo con lo que tengas a mano (soja, limón, especias) y lánzalo a la plancha. Para el desayuno, desmorona el tofu, añade cúrcuma, pimentón y tus vegetales favoritos, y tienes un revuelto vegano que te hará olvidar los huevos. ¿Un postre? Mezcla tofu sedoso con cacao y endulzante y ¡voilà! Chocolate «mousse». Fácil, delicioso y nutritivo; el tofu siempre está listo para satisfacer.
¿Qué te parece el tofu?
Después de este festín de información, espero que te sientas tan emocionado como una calabaza en Halloween al pensar en el tofu. Si todavía tienes tus reservas o preguntas, ¿por qué no rompemos juntos esos muros tofu-escépticos?
Déjame tus opiniones, experiencias y recetas favoritas con tofu en los comentarios. Y si tienes cualquier duda que te esté carcomiendo por dentro como un gusanito en una manzana ecológica, no dudes en preguntar. ¡Estoy aquí para ayudar!
Un abrazo vegetal y hasta la próxima entrada, ¡sigan rebeldes y verdes!
